Este martes, dos individuos armados con cuchillos comenzaron una toma de rehenes en una iglesia católica de la localidad de Saint-Etienne-du-Rouvray, en la región de Normandía.
Los asaltantes, quienes gritaban "Alá es grande", retuvieron a cinco rehenes: un sacerdote, dos monjas y dos feligreses. El sacerdote fue degollado por los delincuentes.
Luego de una hora de reclusión, la policía francesa mató a los dos secuestradores.
El párroco asesinado se llamaba Jacques Hamel y tenía 84 años, según informó el arzobispo de Rouen, Dominique Lebrum.
El presidente francés Francois Hollande se desplazó hasta el lugar y habló abiertamente de atentado, y explicó que fue cometido "por dos terroristas que decían ser del DAESH". Poco después de sucedido el hecho, el grupo terrorista se atribuyó el atentado, diciendo que fue perpetrado por "dos soldados del Estado Islámico", según informó la agencia Amaq.
Una segunda víctima, una mujer, se debate entre la vida y la muerte después de ser herida con un arma blanca. Los otros tres rehenes fueron liberados sanos y salvos.
Los secuestradores habrían entrado por una puerta trasera durante la misa, cerraron la iglesia, y retuvieron durante casi una hora al sacerdote, dos monjas y dos feligreses. Una tercera monja logró escapar y fue quien avisó a las autoridades.
El Papa, según un portavoz de la Santa Sede, expresó "la condena más absoluta a toda forma de odio y reza por las personas agredidas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar