El atentado fue contra una manifestación pacífica de la minoría étnica hazara, de la rama islámica chií. El autodenominado Estado Islámico reivindicó al ataque
Por lo menos 80 muertos y 200 heridos, en su mayoría de la minoría étnica hazara, es el saldo de un ataque suicida perpetrado por el autodenominado Estado Islámico en Kabul, capital de Afganistán.
El atentado se produjo a las 14:30 hora local (10:00 GMT) en la zona de Dehmazang de la capital afgana en medio de una manifestación que discurría entre fuertes medidas de seguridad en protesta por un proyecto eléctrico del gobierno que excluye a una provincia de la minoría hazara, de la rama islámica chií.
Por medio de la agencia Amaq, vinculada al grupo yihadista, el Estado Islámico indicó que "dos combatientes del EI detonaron cinturores explosivos entre una concentración de chiíes en la zona de Dehmazang en Kabul".
El presidente afgano, Ashraf Gani, afirmó en un comunicado que entre los fallecidos y heridos se encuentran "miembros de las fuerzas de seguridad y defensa".
Al parecer, los terroristas se infiltraron entre los manifestantes y llevaron a cabo las explosiones.
Las autoridades habían cercado el recorrido colocando grandes contenedores y la manifestación se realizaba sin ningún incidente.
La comunidad hazara de Afganistán, un país predominantemente suní en el que los chiíes conforman el 9% de la población, ha sido víctima de secuestros en grupo y asesinatos sectarios por parte de los talibanes y otros grupos insurgentes.
Los talibanes han ido avanzando en el control del país, así como en la frecuencia y tamaño de los atentados en las grandes ciudades. La presencia del Estado Islámico, hasta ahora, estaba prácticamente limitada a la provincia oriental de Nangarhar.
Además del presidente Gani, organizaciones como Amnistía Internacional ha condenado este ataque.
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